Radio Alicante

El País Valencià és fascinant. Ni Juanfran ni Catalá. Madrid. La misma sopa recalentada. Carlos Mazón —escaño 97, el último de la fila, el puto amo— ya tiene piso en Alacant. En el Edificio Mónaco. No confundir con la guarida del narcotraficante Pablo Escobar en Medellín. Mazón no, no me saca el coche del PP del parking de la piuà. Salomé Pradas, ojitos de cachorrita corza siberiana, con su trompeta de caracola y el Súper jefe mazónico, José Manuel Cuenca —fallido desinhibidor de frecuencias follatrices— y más famoso que la bragueta de Salazar y el teléfono de la policía de Stranger Things; Salomé y Cuenca saben que antes del Ventorro hubo, sí, otro Santo Encuentro en el restaurante La Raspa.   ¿Alguien se atreve con Mazón? ¿Barcala? ¿Baño? ¿Arcaya? No, no la verdadera jefa de la oposición a Mazón, María José Catalá, que ha soltado ya el primer misil: “Tenemos que transmitir que cualquiera no vale para gestionar el dinero público”. Esto merece una traca. Al president de la Generalitat Valenciana —la prim